No se como llegué ahí...

tu sonrisa? tu mirada?

quien sabe que fue, pero ahí estaba yo...

esperando la arremetida de tu cuerpo.

Te paraste a mi lado y perdí la razón...

Tus manos me tocaron

y nada mas importó...

lo único en lo que pensaba era en que no pararas.

Mi cuerpo dócil, entregado al fuego de tu deseo,

instrumento latente para tu satisfacción...

Tu roja mente, nublada por el calor

ordenaba movimientos que repercutían en mi interior...

Fantásticas mareas de placer

invadieron todo mi ser...

nadie me escuchó gemir, solo vos, y se desperto tu ardor,

aún mas afiebrado que la vez anterior...

Descubriste mi mas profundo secreto

y llenaste mi cuerpo del mas poderosos fulgor...

habrá una segunda vuelta??

solo el destino lo sabe, pero al menos hiciste que esa tarde

me olvidara del amor.